La vigilancia en la Red

¿Estamos vigilados? Técnicamente sí. ¿Ha desaparecido de nuestra sociedad el derecho a la intimidad? Prácticamente sí.

El avance tecnológico no tiene marcha atrás. Nada será ya igual que antes. Las nuevas tecnologías  hacen posible escudriñar la vida de las personas y lo permitimos nosotros mismos que caminamos por un espacio virtual donde opinamos y contamos muchos aspectos de la cotidianidad de nuestras vidas. Si no estás en la red, no existes, y si estás, te quedas en ella definitivamente y un tercero, con el intercambio de datos, puede construir un perfil muy aproximado de lo que haces, lo que deseas, lo que lees, la música que oyes, en definitiva, un perfil de cómo eres.

Nuestro Sr. Google nos ayuda en la búsqueda de cualquier inquietud, pero además nos va redirigiendo  por el camino de lo que deseamos encontrar y nos lo recuerda constantemente, aún cuando ya no nos interese. Lo que le cuento se queda grabado a fuego en la red, esa autopista virtual donde la velocidad supera cualquier límite. El Sr. Google es evidente que se interesa por nosotros según las búsquedas que realizamos e incluso nos indica qué tenemos que hacer.

¿Quién no ha buscado un destino de viaje por curiosidad? Viaje al que nunca fuimos, pero del que deseábamos saber. Y, un año después, Mr. Google, que tiene una memoria prodigiosa,  recuerda las ofertas de hoteles de aquél lugar que nunca visitamos. Y ante tanta digitalización  y  navegación por la red ¿está protegido  nuestro Derecho a la intimidad?

¿Protección de datos o intimidad?

El disparate está en que no puedes abrir una carta dirigida a tu pareja y que llega a tu domicilio porque atenta contra el derecho a la intimidad y sin embargo, las empresas o las administraciones pueden intercambiar tus datos personales en aras a ¿un fin legítimo?. Entonces ¿es real ese celo por la protección de datos? ¿Prevalece la seguridad  sobre la intimidad?

Todos nuestros movimientos  quedan registrados en la red. Nos vigilan. Saben de nosotros todo cuanto desean. ¿Podemos protegernos de esta invasión?

Como podemos protegernos

La legislación actual aún no lo tiene muy claro. Las líneas que delimitan y protegen nuestro derecho a no ser invadidos aún no están muy bien definidas. El estado de derecho en este mundo virtual es desmedido y fundamentalmente no está suficientemente regulado, realmente es muy difícil y a veces, ante la justificación de proteger un derecho, vulneramos otro. El tráfico de datos es enorme y prueba de ello es que las compañías de telefonía ya sólo venden la velocidad de transmisión de los datos, las llamadas telefónicas han pasado a un segundo plano.

Estamos, jurídicamente, ante un difícil momento porque nuestros datos circulan por la red sin control y aunque la Ley de Protección de Datos pretende contarnos que hay límites éstos son difíciles de determinar por lo que, ante este disparate tecnológico, no nos queda sino ampararnos en la norma que tenemos para protegernos. No hay otra.

Y cuiden sus publicaciones en la red o asesórense.

 

 

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